"No midas tu riqueza por el dinero que tienes o atesoras, mide tu riqueza por aquellas cosas que no cambiarias por dinero."

miércoles, 19 de octubre de 2011

Cada día somos menos mujeres


Hace algunos años, muchos hombres popularizaron la frase: a cada hombre le corresponden dos mujeres, apoyándose en los datos demográficos de entonces que referían del nacimiento de más niñas que niños.
En la actualidad, la realidad va cambiando de manera alarmante porque cada vez se reducen más los nacimientos y de los embarazos que llegan a un feliz término pocas son del sexo femenino.
El Balcón del Oriente Cubano, Las Tunas, concluyó el 2010 con más de 538 mil habitantes, de ellos el 51 por ciento eran hombres y el 49 por ciento mujeres, nacen más que los que mueren y radican más personas en la zona urbana que en la rural a pesar de que el territorio es eminentemente agrícola.
La población del sexo masculino y del femenino es similar cuando se analizan los rangos de edades superiores a los 45 años, sin embargo, cuando se compara en edades menores las mujeres son cada vez menos.
Esta falta de proporción también se evidencia en las edades laborales pues de cerca de 334 mil tuneros y tuneras con vínculos de trabajo, son más los hombres con los años necesarios para emplearse, mientras que crece la cantidad de mujeres que sobrepasaron la etapa de jubilación.
La realidad comienza a ser evidente, en muchas aulas de primaria las niñas terminan rodeadas de varios varones porque la proporción es desigual.
Esta situación es preocupante si se tiene en cuenta que las mujeres son determinantes en el desarrollo de los pueblos y todo parece indicar que en futuro inmediato por cada una de nosotras habrá más de dos hombres.

miércoles, 12 de octubre de 2011

Amor sin imposibles

El azúcar de Las Tunas es la recompensa al quehacer de Magalys Chacón Gallego, una mujer que ha dedicado más de 25 años de su vida al tiro de caña como chofer de un camión de carga.
Esta chaparrera tiene resultados de trabajo que cualquier hombre envidiaría. “He quedado como mejor chofer de Zil 130 siendo yo mujer, es un éxito porque ¿cuántos choferes hay en la provincia? Me siento tan feliz con mi sueño realizado, es algo que me da ánimo, deseo de luchar, por lo menos yo soy así, todos los días realizo con más amor mi trabajo”
Por su desempeño como conductora mereció la condición de Vanguardia Nacional por 15 años. Además de ser seleccionada como: Diputada a la Asamblea Nacional del Poder Popular (Parlamento) y al Comité Nacional de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC).
“Nunca lo imaginé y menos tener en la mano una llave para arreglar un camión, para eso hay que entregarse como lo he hecho yo”;  evoca su infancia tranquila en el poblado de Los Hoyos, al sur del municipio de Jesús Menéndez. Recuerda a su padre que por muchos años también tiró caña pero con bueyes y a su mamá que siempre insistió para que sus hijas estudiaran.
 “Yo me hice el  firme propósito de manejar un camión; para ese entonces, el papá de mi hija era chofer y me dediqué a ver lo que él hacía y aprendí. Después me facilitaron uno de la base de transporte automotor para entrenarme y así en el año 1986, me hice chofer.”  
Esa alegría le costó muchos sacrificios a esta transgresora que asumió un empleo no tradicional para la mujer: “El compañero que estaba examinando dijo: ‘que me iba a llevar contra la pared, que nunca había examinado ninguna mujer para chofer de camión, ¿quien había visto a alguien como yo tirando caña?’ Tuve que hacer el práctico 6 veces, pero tanto va el cántaro a la fuente hasta que revienta…después supo de mis éxitos y me mandó a pedir disculpas”.
A más de dos décadas frente al volante, nunca ha tenido accidentes de tránsito: otro mérito que la llena de orgullo. Con la sonrisa en los labios viaja en el tiempo, a su primera zafra: “Me pasé un mes movilizada en Majibacoa[1], de ahí me trasladaron para Manatí[2] y me pasé unos cuantos días. Fue difícil porque nunca me había separado de mi familia. Además, jamás necesité un albergue, me bañaba detrás de la cama del camión y en él dormía.”
Para ese entonces, Magalys no imaginaba la mala noticia que le aguardaba y aunque en Cuba existen disposiciones que protegen a las mujeres para desempeñarse en cualquier puesto laboral…“Me quitaron el camión por el machismo, fue un momento muy triste para mí y lloré como si se me hubiera muerto un familiar. Yo hice la primera zafra, había logrado alcanzar el tercer lugar en la base de transporte automotor en el tiro de caña, con todo y eso me lo quitaron, dijeron que yo era mujer y era contrato”.
Fue Blanca Rueda[3], para esa época Secretaria General de la FMC en el territorio, quien logró que se le restituyera su derecho. El transporte que tenía Magalys se iba a declarar fuera de servicio por las pésimas condiciones técnicas y gracias a las madrugadas que le dedicaron un mecánico del taller y ella, se completó la reparación para la zafra.
Se mira las manos como quien ve todavía los repetidos golpes de aquellas jornadas. “Trabajar entre tantos hombres es súper difícil. Al inicio, cuando yo empecé, pensaban que jamás iba a lograrlo, y si era cuando cogía el primer lugar…se ponían muy bravos…me decían: ‘¿Tú no te enfermas? ¿A ti no te duele nada?’ Cuando llegaron los remolques decían que no daba, y lo hago con más facilidad que muchos compañeros de mayor experiencia. Lo mismo pasó con el tiro de áridos, decían que no podía y ahí he estado con el mismo espíritu de siempre y entre los primeros lugares.”
Cuenta también, que algunos hombres han intentado impedirle el paso en empresas. Algo así le ocurrió en la vecina provincia de Holguín.
 “Me tocó entrar y el compañero que estaba allí no me lo permitió porque estaba prohibido el acceso de mujeres, si soy la chofer, ¿cómo no voy a entrar? Él se negó y tuvieron que venir de la dirección de la empresa. Al final me dieron la razón, incluso le pregunté que cómo a estas alturas de la Revolución iba a suceder eso, yo soy chofer profesional y donde quiera que entre el camión tengo que hacerlo yo. Logramos vencer, entré y cargué”.

El burén de Oscar

En San Cristóbal lloré. El humo que venía del burén de Oscar Pérez Salas me sacó abundantes las lágrimas, sin la más mínima dilación. Sobre una plancha de metal  en el rústico horno se cocinaba uno de los alimentos heredados de nuestros aborígenes: tortas de casabe.
Este trabajador de la Unidad Básica de Producción Cooperativa (UBPC) de San Cristóbal, asentamiento poblacional  del municipio de Jesús Menéndez, al norte de Las Tunas, aprendió la antigua técnica en la Empresa de Semillas de la vecina provincia de Holguín y seis años después beneficia a los vecinos con este alimento realizado a partir de la yuca rayada.
Entre 75 y 85 tortas de casabe son elaboradas diariamente por este hombre que confiesa que lo más difícil para él es tener que soportar el humo y el calor que genera su quehacer al que dedica su total atención desde las 6 de la mañana hasta las 2 de la tarde.
 A pesar de que su hijo no seguirá sus pasos en la tradición de hacer el casabe porque es maestro en la comunidad, ya asegura la continuidad del conocimiento con otros miembros de la cooperativa quienes potencian la siembra de la yuca para tener materia prima durante todo el año.
En Chaparra, cabecera municipal, le agradecen mucho a este productor y reciben con buen gusto el alimento que comercializan en la feria local los fines de semana con gran demanda, lo que genera ingresos para la cooperativa y para el elaborador, quien percibe un salario en dependencia de la venta.
Aunque el casabe era elaborado por los pobladores originarios, en muchos lugares de Cuba existen personas que nunca lo han probado; se produce preferentemente  para fin de año, cuando tiene especial relación con las costumbres de consumirlo con la tradicional carne de cerdo asada.
A pesar de que el trabajo no es nada fácil, con Oscar la técnica de hacer casabe está segura en San Cristóbal, donde le va bien al calor de su burén.

Cada día tiene su historia y aquí puedes compartir las tuyas...


No midas tu riqueza por el dinero que tienes o atesoras, mide tu riqueza por aquellas cosas que no cambiarias por dinero.¨