"No midas tu riqueza por el dinero que tienes o atesoras, mide tu riqueza por aquellas cosas que no cambiarias por dinero."

lunes, 18 de junio de 2012

Por manos de mujer


Ni el sol, ni las altas temperaturas que desprende, las separa de su quehacer diario en la Cooperativa de Producción Agropecuaria (CPA) Lizardo Proenza del municipio de Jesús Menéndez.

Mitda Santisteban, Evelia Ávila y Martha Ramos están vinculadas al área y se dedican al cultivo del plátano. Son mujeres que se rebelan a diario contra un clima que se caracteriza por ser muy seco, haciendo posible con su esfuerzo el milagro de la vida.

Estas chaparreras unieron sus destinos al deshoje, deshijo y desepo del plátano en sus diferentes variedades y en agradecimiento sus plantas bien cuidadas le han otorgado más de 37 mil pesos anuales de ganancia.

Aunque la determinación de ser productoras, en la mayoría de los casos representa también asumir las tareas de la casa, estas mujeres continúan aferradas a un futuro como campesinas, porque a cambio tienen independencia y libertad económica.

Con sueños tan largos como las guardarrallas de sus platanales, Mitda, Evelia y Martha sostienen su porvenir con la fuerza con que emplean la guataca en la limpia del campo y sus miradas son tan libres como sus áreas de las malas hierbas.

Así viven estas mujeres al norte de la provincia, apostando por cada jornada y poniendo en el cielo la esperanza para que el milagro de la lluvia garantice la cosecha.

Es probable que si vive o anda de paso por Las Tunas y decide probar alguna variedad de plátano cosechado en este rincón del país, esté siendo alimentado por manos de mujer.

Adelante con los conejos


Cuando dijeron: ‘Jesús Menéndez de la provincia Las Tunas’ la gente no conocían nada de este lugar… Cuando me dieron los tres premios yo no sabía donde meter la cara, soy medio campesino y me daba pena delante de tanta gente. Asegura Jorge Luis Rodríguez Meneces, recordándose frente a la multitud de más de 20 mil personas en la Feria Internacional de Rancho Boyeros en la capital cubana.

Este chaparrero de pura sepa, recibió tres premios por la excelencia en la cría de conejos que ubican al territorio norteño en la vanguardia del país, Chaparra se convirtió en el mejor municipio a nivel nacional.

Los órganos de base Guillermo Leyva y Alfredo Jordán Morales resultaron reconocidos junto a Jorge Luis Rodríguez quien se convirtió en el Mejor Productor, premios otorgados frente a los presentes en la Feria desarrollada en La Habana.

Chaparra en Rancho Boyeros, eso fue lo más grande del mundo, detuvieron el rodeo y me pararon frente a tantas personas… cuando me dieron el mío no sabía que decir.

Este reconocimiento es fruto de más de 25 años dedicados a la cunicultura, lo que lo convirtió en el primer presidente de la Sociedad de Cunicultores en el municipio de Jesús Menéndez. Gracias al prestigio ganado se desempeña como presidente provincial de esta sociedad que gana adeptos y adeptas por las ventajas económicas y alimenticias que aporta.

En el haber del territorio chaparrero como antecedentes, se encuentran los premios nacionales: Gran Campeón y Campeón Reservado por la calidad de los ejemplares destinados a la cría. Además de la totalidad de los premios provinciales.

Sobresale también la participación en ediciones anteriores de la Feria de Rancho Boyeros donde la localidad tunera se alzó con la victoria frente a México en una competencia.

Aunque los resultados del territorio eran crecientes esta actividad de producción animal se benefició con el Proyecto de Desarrollo Socio-productivo Concertado que se ejecutó en la localidad.

Antes del proyecto habíamos obtenidos algunos premios pero después del proyecto la gente ha podido mejorar las jaulas y tener más recursos. Se les facilitaron techos, jaulas, mangueras, carretillas, bicicletas. Antes solo teníamos cinco mujeres asociadas ahora son 72 y 17 mujeres se beneficiaron con recursos.

La producción de carne de conejo experimentó un crecimiento notable pues de cinco a siete toneladas que se vendían al Estado se triplicó la cantidad y en el 2011, se vendieron más de 24 toneladas destinadas para la comercialización dentro del territorio y para el turismo.

El futuro en la cunicultura será superior si logramos ser una potencia hasta ahora y se espera crear una cooperativa de cunicultoras para priorizar a otras 36 chaparreras esperamos que la producción de carne sea muy superior porque seguiremos incrementando.

Una reina para los plátanos


Raquel Pérez Batista esperaba mí llegada a las afueras de sus guardarrayas, mientras me acercaba buscaba con curiosidad a esa persona con cierta incredulidad dudaba de que fuera ella. Descubrí a una mujer de pequeña estatura escondida bajo un sombrero de yarey.

Esta mujer se convirtió de ama casa a productora de plátanos y se mantiene como una de las trabajadoras destacadas de la Unidad Básica de Producción José Miguel Barreto de La Torcasa, al norte del municipio de Jesús Menéndez.  

Lo hago todo. Riego el plátano, lo deshojo, lo desepo. Hago todas las actividades que hay que hacerle al platanal y tengo tres hectáreas. Soy fundadora en la mambisa y llevo más de 20 años dedicada a este trabajo porque me gusta ver como la planta produce. Entrar a tu campo, ver la tierra limpia de hierbas y la producción para beneficio del pueblo, es un orgullo.

Esta historia es digna de repetir, más aun si esta chaparrera asegura que su decisión fue una de las mejores que ha tomado en la vida.

Antes era ama de casa y me mudé para aquí porque había trabajo y yo quería trabajar y servirle a la Revolución. Mi hijo, mi hija y yo vinimos y los tres trabajamos para la granja.

Los plátanos que cultiva Raquel se comercializan en la cabecera del municipio de Jesús Menéndez, Puerto Padre y Las Tunas, entre otros lugares.

En este mes cobré con la ganancia 1 156 pesos (en moneda nacional), más mi sueldo que es de 420 pesos, pero hay que sacrificarse porque sino imagínate no puedes coger nada. Como premio a su sacrificio el pago por sus cultivos en ese mes triplica el salario mensual promedio de un graduado universitario.

Le digo que no es difícil, sabiendo llevar el trabajo, no es difícil nada. Es un orgullo trabajar en un campo así. Me siento feliz en este centro de trabajo porque desde que empecé siempre he sido una de las mejores y aun hoy me mantengo en la vanguardia, me siento muy bien con mis jefes y con mis compañeros de trabajo.

Una vez más se demuestra que no es la estatura física la que define al ser humano. Raquel se eleva y se hace enorme en sus platanales que cuida con celo y a los que le dedica la mayoría del tiempo.

Mi sueño es seguir trabajando hasta que Dios quiera, de aquí no me pienso ir. Voy a trabajar hasta que pueda retirarme, ese es mi sueño, retirarme aquí en esta finca que es lo que tengo.

Microorganismos con eficiencia


Menores gastos económicos y producciones totalmente orgánicas y libres de químicos son algunas ventajas en la aplicación de microorganismos eficientes para la producción de renglones agropecuarios en Las Tunas.
Los municipios de Manatí y Jesús Menéndez son los abanderados en esta iniciativa ecológica donde productores aplican esta alternativa como biofertilizantes a la vez que disminuyen el ataque de plagas en los cultivos.
El compuesto se realiza con hojas y ramas en descomposición extraídas de áreas boscosas y de puntos distantes del territorio, a lo que se le agrega polvo de arroz, miel derivada de la caña, suero o leche de vaca y una madre resultante del proceso de fermentación que dura aproximadamente 21 días.
Experimentos realizados en el campo, donde se sometió parte de la producción a químicos y otra parte a la acción de los microorganismos eficientes demostraron que los resultados productivos son similares. 
Mientras los productos químicos son costosos y dependen en muchos casos de la importación al país, los microorganismos eficientes son de fácil elaboración y el proceso puede implicar a toda la familia.
A pesar de los beneficios esta tecnología es poco aplicada en la provincia y en visita al territorio Estevan Pereira, funcionario Nacional del FORUM de Ciencia y Técnica recomendó la generalización como una alternativa para incrementar la producción de alimentos con menos costos y más saludables.
Los microorganismos eficientes se emplean también para la alimentación animal y para la disminuir la incidencia de enfermedades en la cría de cerdos y aves de corral.

Organismos por la eficiencia


La familia de Roger Ochoa Chacón se convirtió en la tercera de la provincia en desarrollar la tecnología de los microorganismos eficientes. Su casa en Deseada, perteneciente al municipio de Jesús Menéndez sirvió de laboratorio.
El compuesto orgánico después de más de veinte días de puesto en reposo está listo para su aplicación y este campesino prevé comenzar el uso en sus tierras. Además, pretende donar muestras como madre para otros caldos de cultivo, a productores interesados.
Para los que le han antecedido con la utilización de los microorganismos eficientes son notables las ventajas pues funcionan como plaguicidas y fertilizantes al mismo tiempo, minimizando así, los gastos de la cosecha y sustituyendo importaciones porque muchos de los productos químicos necesarios son cotizados a altos precios en el mercado internacional.

miércoles, 4 de abril de 2012

Granos con sabor a vida


Marielena Pérez Peña es una científica de la tierra y le encanta experimentar con un que otro cultivo, pero su pasión son los granos y en especial, la soya.
La productora tunera se especializó en este alimento y a tres años de investigaciones conoce las particularidades del cultivo y alcanza cerca de cuatro toneladas por hectárea, mientras que la media del rendimiento a nivel nacional es de dos toneladas por hectárea. Su éxito es mayor porque lo consigue con poco riego y bajo las condiciones del suelo y el clima de una de las provincias más secas del país.
“Me enviaron pequeñas cantidades de semillas desde Las Tunas para ver si se adaptaban a nuestro clima. Monté un experimento con 15 variedades de soya en un área pequeña, ahora es el que más me gusta y al que le he dedicado más tiempo. En el municipio no había esa experiencia y ya logramos nuestras propias semillas.”
Su trabajo en el campo le permitió el desarrollo de variedades tan poco comunes como la soya negra. “Planté para saber en que época se adaptan mejor porque todas no son de la misma etapa, así sé como tener mejores rendimientos. Hay cultivares de un ciclo más corto, de 80 días y otros de 120. La verdad es que aun no conocemos muchas cosas. Algunas tienen flores moradas, otras blancas. Verlas en el campo, todas juntas, es lo que llama la atención porque se ve muy bonito.”
En el año 1993, Marianela se graduó como Ingeniera Agrónoma, asegura que se decidió por la carrera porque no podía vivir lejos del campo y de las siembras. “Desde niña, me gustó ver el fruto que se logra de la tierra. Siempre fue un buen regalo para mí.”
Ahora como profesora a tiempo parcial de la Universidad en el municipio de Jesús Menéndez, se encarga de motivar a sus educandos para que se decidan por la producción de alimentos. “A mis estudiantes, les explico la importancia y la necesidad que tenemos de hacer producir nuestra tierra y le pongo ejemplos de cómo sí se puede, cuando se quiere puede lograrse cualquier cosa. Hoy, tenemos que amar las producciones porque es lo que nos va a desarrollar y hacer salir adelante al país.”
Para motivar a otras personas al cultivo de la soya, aprovecha el poder de convocatoria del centro universitario para realizar exposiciones de semillas que luego reparte gratuitamente. “He convocado a dos ferias de granos, para que otros campesinos escojan las mejores variedades y si no alcanzan para todos se las hago llegar luego. Así diversificamos las producciones, pues la soya se comercializa a altos precios en el mercado internacional.”
“Lástima que en nuestra provincia no se cuenta con la tecnología para procesarla y obtener aceite. En otros países la soya es muy utilizada para este fin. Aquí tiene mucha demanda por parte de los productores porcinos.”
Gracias a su colaboración con otros campesinos y los logros en el campo, le permitieron incluirse entre las líderes más destacadas del continente que se dieron cita en el Tercer Encuentro Internacional de Mujeres Rurales bajo el lema: "El fin de la pobreza global comienza con los derechos de las mujeres". “Nunca en la vida me imaginé que pudiera participar en un evento de carácter internacional e intercambiar con productores de otras provincias y de otras partes del mundo. – confiesa con modestia.”
Ese fue solo el comienzo, también representó a las cubanas en la celebración por el Día Internacional de la Mujer Rural, en Canadá. “Fue una experiencia única, me motivó mucho la agricultura orgánica y la participación de los jóvenes y las mujeres como propietarios de parcelas. Siento que nos falta lograr protagonismo en esos sentimos. Nuestros campesinos todavía dependen mucho de los productos químicos para lograr buenos rendimientos en los sembradíos y hay muy poco protagonismo por parte de la juventud y de nosotras porque se le teme mucho al trabajo en la tierra o se toma a menos.”
Pero eso no sucede en la casa de la familia de Marianela, las seis hectáreas que posee se convierten en un hervidero de personas que laboran la tierra de la manera más orgánica posible, en franco respeto al medio ambiente. Se incluye su hija de 13 años que sueña con ser ingeniera agrónoma como su mamá.
“Mi hija parece que lo trae en la sangre, desde pequeña ha visto todo lo que se hace en la finca. Se involucra conmigo en las mediciones que hago en el área, muestrea el desarrollo de las plantas y los fines de semana se va desde por la mañana hasta la hora que sea, siempre trabajando en el campo; toma datos y hace cualquier cosa, incluso coge un azadón o una guataca, como decimos los campesinos. Siempre conmigo, en el campo.”
La historia se repite una vez más, hace algunos años la pequeña que participaba en las cosechas era Marianela, desafiando las creencias de muchas personas que discriminan esta labor para las mujeres.
“Es difícil, pero uno ve la recompensa con la producción, sí se puede trabajar la tierra, me gusta. Las satisfacciones son grandísimas porque siembras un granito de cualquier semilla, la ves crecer y producir, de algo pequeño, obtienes grandes cosechas. Es un orgullo que se me acerquen las personas para que les explique cualquier cosa de los cultivos o les cuente mis experiencias. No quisiera irme nunca del campo, desde niña vivo ahí y creo que voy a morirme ahí, sembrando mi pedacito.”
“Sueño con seguir logrando buenas producciones, no solo de granos y hortalizas, si no de todo. En el territorio tenemos buenas tierras y siempre nos darán lo que seamos capaces de producir, lo que se necesita es que se atiendan.”
Así es esta cubana que responde feliz si alguno de sus amigos la llama “guajira”. Confía en un mejor destino para los cultivos, sin trabas en la comercialización y una Chaparra que camine con pasos seguros hacia el desarrollo. Marianela es una especie de diva rural que deposita su talento en la prosperidad de la parcela. “Para mí, la tierra es la vida.”

Una carreta para la historia



“Mientras lentamente los bueyes caminan,/ las viejas carretas rechinan..., rechinan.../ Lentas van formando largas teorías
por las guardarrayas y las serventías...”/

Contaba el poeta Agustín Acosta a inicios del siglo XX. Es que el futuro de Cuba estuvo ligado a las carretas tiradas por bueyes y a los carreteros que recorrían largas distancias para llegar a los centrales.
Cuántas historias de lluvias y charcos, de voces cansadas que repiten los nombres de los bueyes una y otra vez, cuántas horas de bregar con las cargas, conserva la vieja carreta del Mijial, en Puerto Padre como escultura del quehacer en los bateyes.

Construida en 1927, el rudimentario equipo, de grandes ruedas metálicas y rayos de madera, permanece como prueba indiscutible del paso del tiempo y permanece inútil, olvidada por las nuevas generaciones de boyeros.
Atesora viajes interminables al actual central Antonio Guiteras, tristezas acumuladas, las miserias del pago a los carreteros, las cañas con destino a la industria y quien sabe si alguna historia de amor.
Así, descansa la carreta del Mijial, en Puerto Padre, como una joya que recuerda más de tres siglos de transportación en la Isla. “En bruscos vaivenes se agachan, se empinan...;/las viejas carretas rechinan..., rechinan...”

lunes, 27 de febrero de 2012

El arte de los conejos




Liliana Gómez Ramos
Las Tunas- Veintitrés años de existencia le alcanzaron a Dayanis Cruz Pérez para desear compartir parte de su tiempo con los conejos. La idea más loca que se le pudiera ocurrir a una joven según otros de su misma edad, más aun, cuando se trató de dejar a un lado su futuro como instructora de arte.
Estudiaba pintura en Las Tunas pero me fui de la escuela. Antes, cuando era chiquita tenía dos conejitos y le buscaba hierbita, después de estar en la casa me volvieron a regalar dos conejos chiquitos y al cabo del tiempo empezaron a parir. Mi madrina me habló de los convenios, fui, me anoté y ahora es mi trabajo. Estoy estudiando para obtener el 12 grado y hago lo que me gusta. Me dedico a mis conejos.
Se confiesa satisfecha con lo que hace. Vive en el poblado de “El Canal”, al norte de la provincia y está vinculada al órgano de base de la Asociación Cubana de Producción Animal (ACPA) “Alfredo Jordán Morales”. Primero era un joby para mí. Me va muy bien como productora, me dan pienso, me pagan el conejo, me dan medicamentos. Es un poco trabajoso porque hay que buscar hierbas, pero tiene sus ventajas, ahora mismo dieron bicicletas a los productores más destacados y me gané una.
Otro trofeo a su empeño es el rancho que está al final del patio en la casa de sus abuelos. Siguiendo rigurosamente las normas de higiene, exige a los que van a adentrarse al mundo de sus conejos que desinfecten los pies para evitarles el contagio de enfermedades.
El rancho está hecho con mis propias manos y gracias a la ayuda de un vecino que es como mi hermano. Picamos matas de coco, fuimos al monte por los palos y las canas. Clavando por aquí, picando madera por allá, haciendo miles de inventos, lo armamos entre él y yo. Fue terrible porque me di muchos golpes con el martillo, acabé con mis dedos, pero valió la pena. Me gusta cuando voy a hacer una cosa que me quede bien. Al final pasas menos trabajo porque si no tienes a los conejos bien cuidados, bien protegidos; se enferman, se escapan y pierdes. Necesitan un cuidado especial porque vasta con que te descuides tres días para tirar por la borda lo que le dedicaste en meses. Hay que darles vitaminas y bastante comida.
La primera vez que Dayanis vendió conejos entregó un lote de 25 animales casi todos pasaban de los tres kilogramos de peso, lo que le reportó más de ocho quintales de pienso y cerca de 800 pesos de ganancia. Ahora conserva ocho reproductoras y un macho para incrementar su crianza, mantiene otros 30 pichones para la próxima entrega.
Me toma 4 ó 5 meses hasta convertir los conejitos en adultos listos para la venta. Invierto casi todo el dinero de las ganancias en ellos para incrementar la crianza. En el futuro, me imagino con otro rancho más grande con más conejos, más jaulas, entregando entre 100 y 500 cada dos o tres meses.
Confiesa que su familia le ha ayudado en sus aspiraciones de ser una gran cunícultora, pero sabe lo que cuesta todo lo que posee por eso lo defiende a capa y espada. Como joven a veces me dicen algunas personas: oye mi’ja que tú haces ahí, deja eso, pero a mí me gusta y me va bien. Por otra parte, siento que he aprendido mucho en las charlas que damos en la asociación de cunicultores. Nos comunicamos entre nosotros y cuando alguien aprende algo nuevo se lo dice a los demás, nos dan libros, revistas, le pregunto a los más experimentados cuando tengo dudas y creo que todo eso ha influido en que sepa lo que sé ahora. Todo es tener la voluntad.
Dayanis realiza otra obra de arte, esta vez no requiere acuarelas o pinceles, trabaja con elementos de la naturaleza. Así, encuentra la relación entre la pintura y la cunicultura: Son inspiradoras las dos, me paso rato mirando los conejos, son elegantes, los veo tan lindos. Recuerda entonces vivencias que la marcaron: Mi mejor experiencia fue cuando me parió por primera vez una coneja y vi todos aquellos conejitos; la mala, fue que se me perdieron casi todos. Tuve que empezar de nuevo casi desde cero.
Lanza a manera de convocatoria su historia con la esperanza de motivar a otras mujeres, que como ella, puedan encontrar en esta labor un camino para el futuro. Nunca me imaginé que iba a dedicarme a esto. Es un trabajo normal, no quita ningún valor moral ni social y da muchos beneficios. Ojalá, se unan muchas personas, no es difícil, sé que se puede.