Ni el sol, ni las altas temperaturas que
desprende, las separa de su quehacer diario en la Cooperativa de Producción
Agropecuaria (CPA) Lizardo Proenza del municipio de Jesús Menéndez.
Mitda Santisteban, Evelia Ávila y Martha Ramos están
vinculadas al área y se dedican al cultivo del plátano. Son mujeres que se
rebelan a diario contra un clima que se caracteriza por ser muy seco, haciendo
posible con su esfuerzo el milagro de la vida.
Estas chaparreras unieron sus destinos al deshoje,
deshijo y desepo del plátano en sus diferentes variedades y en agradecimiento
sus plantas bien cuidadas le han otorgado más de 37 mil pesos anuales de
ganancia.
Aunque la determinación de ser productoras, en la
mayoría de los casos representa también asumir las tareas de la casa, estas
mujeres continúan aferradas a un futuro como campesinas, porque a cambio tienen
independencia y libertad económica.
Con sueños tan largos como las guardarrallas de sus
platanales, Mitda, Evelia y Martha sostienen su porvenir con la fuerza con que
emplean la guataca en la limpia del campo y sus miradas son tan libres como sus
áreas de las malas hierbas.
Así viven estas mujeres al norte de la provincia,
apostando por cada jornada y poniendo en el cielo la esperanza para que el
milagro de la lluvia garantice la cosecha.
Es probable que si vive o anda de paso por Las Tunas y decide probar
alguna variedad de plátano cosechado en este rincón del país, esté siendo
alimentado por manos de mujer.