Jóvenes tuneros
denuncian trabas para incrementar la producción de alimentos
Liliana Gómez
Ramos
Las Tunas.- El
futuro está en manos de la juventud, esta es una verdad de Pero gruyo, como lo
sería que Cuba es un país agrícola que apuesta por el regreso de las personas
al cultivo de la tierra.
Por eso resulta
indispensable potenciar la incorporación de jóvenes al sector cooperativo y
campesino cuando menos del ocho por ciento de los que producen la tierra son
jóvenes, lo que pone en riesgo el futuro de la agricultura en este territorio
donde se cultiva más del 80 por ciento de lo que se consume.
Con el objetivo
de enfrentar las problemáticas de la agricultura y las insatisfacciones en este
grupo etario se realizaron activos rectorados por la Asociación Nacional de
Agricultores Pequeños (ANAP) y la Unión de Jóvenes Comunistas (UJC).
Entre las trabas
que identifican los menores de 35 años para incorporarse, se encuentran el pago
de una seguridad social que desconoce el apoyo financiero en caso de
limitaciones temporales.
Por otra parte,
quienes se dedican a la ganadería están insatisfechos con el sistema de
muestreo de la leche fluida porque se escoge una pequeña parte para determinar
la calidad y se juzga todo el producto por esta, lo que provoca penalizaciones
en el precio por un rango importante de tiempo. Sin tener en cuenta el ciclo de
ordeño que afecta el producto pero lo mantiene apto para el consumo de la
población.
Otras
restricciones se encuentran en la venta de ganado menor y de carne porcina pues
existen incongruencias entre el precio en que vende la empresa y en el que
luego le compra al campesinado, en detrimento para los hombres y las mujeres
que producen la tierra.
Mientras se
reconoce la voluntad política de priorizar a aquellos que optan por esta labor
tras concluido el periodo de adiestramiento para la defensa de la Patria, a
quienes se les brindan facilidades y servicios gratuitos.
Hasta la fecha,
cerca de mil 400 jóvenes se dedican a las producciones agropecuarias en el Balcón
del Oriente Cubano y entre ellos se encuentran algunos muy exitosos que
reportan más de 20 mil pesos anuales de ganancias, lo que representa más del
triple de lo que percibe un profesional por su trabajo.
Aún así, el
incremento de estos en el cultivo de los suelos es lento pues en la mayoría de
los casos NO se cuenta con el capital para iniciar el desmonte de los suelos
llenos de marabú que les permite luego, solicitar el crédito bancario.
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