"No midas tu riqueza por el dinero que tienes o atesoras, mide tu riqueza por aquellas cosas que no cambiarias por dinero."

lunes, 18 de junio de 2012

Una reina para los plátanos


Raquel Pérez Batista esperaba mí llegada a las afueras de sus guardarrayas, mientras me acercaba buscaba con curiosidad a esa persona con cierta incredulidad dudaba de que fuera ella. Descubrí a una mujer de pequeña estatura escondida bajo un sombrero de yarey.

Esta mujer se convirtió de ama casa a productora de plátanos y se mantiene como una de las trabajadoras destacadas de la Unidad Básica de Producción José Miguel Barreto de La Torcasa, al norte del municipio de Jesús Menéndez.  

Lo hago todo. Riego el plátano, lo deshojo, lo desepo. Hago todas las actividades que hay que hacerle al platanal y tengo tres hectáreas. Soy fundadora en la mambisa y llevo más de 20 años dedicada a este trabajo porque me gusta ver como la planta produce. Entrar a tu campo, ver la tierra limpia de hierbas y la producción para beneficio del pueblo, es un orgullo.

Esta historia es digna de repetir, más aun si esta chaparrera asegura que su decisión fue una de las mejores que ha tomado en la vida.

Antes era ama de casa y me mudé para aquí porque había trabajo y yo quería trabajar y servirle a la Revolución. Mi hijo, mi hija y yo vinimos y los tres trabajamos para la granja.

Los plátanos que cultiva Raquel se comercializan en la cabecera del municipio de Jesús Menéndez, Puerto Padre y Las Tunas, entre otros lugares.

En este mes cobré con la ganancia 1 156 pesos (en moneda nacional), más mi sueldo que es de 420 pesos, pero hay que sacrificarse porque sino imagínate no puedes coger nada. Como premio a su sacrificio el pago por sus cultivos en ese mes triplica el salario mensual promedio de un graduado universitario.

Le digo que no es difícil, sabiendo llevar el trabajo, no es difícil nada. Es un orgullo trabajar en un campo así. Me siento feliz en este centro de trabajo porque desde que empecé siempre he sido una de las mejores y aun hoy me mantengo en la vanguardia, me siento muy bien con mis jefes y con mis compañeros de trabajo.

Una vez más se demuestra que no es la estatura física la que define al ser humano. Raquel se eleva y se hace enorme en sus platanales que cuida con celo y a los que le dedica la mayoría del tiempo.

Mi sueño es seguir trabajando hasta que Dios quiera, de aquí no me pienso ir. Voy a trabajar hasta que pueda retirarme, ese es mi sueño, retirarme aquí en esta finca que es lo que tengo.

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